20110314

Androide 010: Capítulo dos

Publicadas por Syrus Zuviel a la/s 12:55 a.m.
Hero.



Sentado sobre la mesa de su escritorio, revisando papeles con mucha atención, con las rodillas algo flectadas, el seño fruncido, las mangas de la camisa a la altura de los codos, la corbata desajustada con un botón de la camisa abierto y los suspensores negros que se ajustaban tan bien a su cuerpo. Una visión bastante provocativa para varias féminas, y por qué no decirlo también, varios hombres que observaban a Jung YunHo desde lejos. El joven policía releía una y otra vez los papeles que tenía entre sus manos, sin poder creer aún que fuera “él” de quien leía. De cierto modo, se sentía culpable.







- YunHo- lo llamó el único que se atrevió a hablarle - ¿Qué lees con tanta atención?- se apoyó a un lado del alto con un café entre las manos y estiró su cuello para ver los documentos




- Información sobre el ladrón fugitivo – respondió sin siquiera dirigirle la mirada al joven de cabello oscuro.




- Que bueno que te interese el caso, así te tengo de compañero- ese comentario fue suficiente para que Jung despegara sus ojos de lo que leía.




- Tú…- inquirió dudoso. El moreno asintió con una sonrisa




- Acompáñame a mi oficina. Ahí estaremos más tranquilos- ambos policías avanzaron por entre los escritorios y los ajetreados trabajadores hasta llegar a la oficina del moreno. Una vez dentro, el propietario del lugar camino directamente hacia su asiento tras el escritorio, mientras que YunHo cerraba la puerta tras de sí para luego sentarse en una de las sillas disponibles.




- Hace un rato vino uno de los chicos a decirme que estabas muy interesado en el tema de Hero, y por lo que vi allá, estás más que interesado- ese comentario tenía claramente una doble intención y YunHo lo había comprendido perfectamente, pero ni él ni nadie debía saber el motivo de su enorme interés.




- Si. El tiempo que estuve en Busán me encargué de la mayoría de los casos de este tipo. Del poco tiempo que llevo en Seúl, creo que este es el caso más interesante de todos- su cara demostraba seriedad ante todo, tal vez debido a una vida en la que tuvo muy poco tiempo para sonreír. Oh si, que tiempos en los que YunHo sonreía… junto a él.




- Vaya. A si que te gusta lo emocionante, eh? – con aquella respuesta, el moreno se dio por satisfecho y se acomodó en su asiento. – Bueno, ¿Qué sabes hasta ahora?-




- El 16 de Enero del 2005, fue el primer ataque de “Hero”. Desde el comienzo se fue por lo grande, atacando a una de las sucursales de la empresa LG, robando casi 10 mil millones de pesos. Desde entonces ataca a las grandes empresas, de las que sólo se han salvado empresas que no tienen su mayor producción en Seúl, como Hyundai- 




- ¿Sabes cuál es su método?- 




- Por lo que leí, es bastante rustico. No posee alta tecnología pero su trabajo es impecable. De entre las evidencias de los distintos escenarios pude ver algo que se repetía en todos…-




- Fotografías. Por eso le llamamos Hero. Los grandes empresarios quieren acabar con él. El gobierno nos está presionando para atraparlo, ya que si esto sigue así, los inversionistas que mantienen nuestra economía no durarán. En cambio, el pueblo de bajos recursos de Seúl lo adora- 




- Por si no lo sabían los del gobierno, la gente de clase media y sus impuestos son la mayor fuente de ingresos del país-




- Eso le interesa sólo a gente como nosotros. Ellos están allá arriba y no ven lo que nosotros vemos-




- Tú eres el que lleva esta investigación- de pronto, YunHo había cambiado el tema – Lee DongHae, 24 años- el aludido esbozó una sonrisa




- ¿También me investigaste?- Jung negó con la cabeza




- No. Necesitaba saber quien era el encargado, nada más- 




- Pues desde ahora seré tu compañero. Lee DongHae, mucho gusto- se presentó mientras se levanta de la silla, para estrechar la mano con la de su nuevo compañero




- Mucho gusto. Jung YunHo- 




Desde entonces hasta ahora, una semana más tarde, por la cabeza de YunHo rondaba la situación de su amigo de la infancia. 




El día del último ataque del ladrón, YunHo fue testigo presencial de la escena de robo, pude ver esas fotos tiradas por toda la sucursal, de personas pobres y felices recibiendo casas, artefactos o dinero en efectivo. Era una especie de héroe para los más necesitados, pero un tremendo dolor de cabeza para los poderosos.




Pero en esta ocasión, algo había salido mal para el delincuente. Había tenido el descaro de esperar la llegada de los policías para reírse de ellos una vez más, sin saber con quien se encontraría cara a cara. Para ser sinceros, YunHo no lo reconoció, pues su mirada era altanera y burlesca, además de su color de cabello que había cambiado. Sin dudarlo ni un segundo, disparó en la pierna al muchacho, y claro, entonces lo reconoció: era JaeJoong, su mejor amigo.




El rubio escapó y Jung lo siguió de cerca. Estaba enfadado, desesperado, asustado, dolido. No podía creer que Kim se haya vuelto un delincuente altamente peligroso. No podía imaginar qué pudo haberle pasado para llegar a eso. Simplemente no podía creer que ese realmente fuera esa dulce persona que conoció tantos años atrás. Debía comprobar que solo era otra escoria de la sociedad, uno más entre tantos.




Pero no él.




- ¡Kim JaeJoong!- gritó cuando pudo divisar un par de segundos su espalda, antes de que doblara la esquina – JaeJoong, ¡Detente ahora mismo! Sólo agravas tus falta- ya no sabía ni lo que decía. ¿Le hablaba como policía o como un amigo? ¿Quién era ahora? ¿Acaso un hombre que busca la justicia o un hombre que busca aliviar su corazón? A pesar de sus gritos, el chico no dejó de correr; aún con su pierna derecha herida, aún con toda la policía siguiéndole, el chico no se detuvo. ¿Era entonces su amigo? Confundido, frustrado, perdió la pista del rubio entremedio de los callejones. Siguieron buscándolo toda la noche, quizás algún rastro de sangre que los ayudara, pero no lo encontraron. Una vez más, Hero se había salido con la suya. 




Y ya no sabía que pensar ahora con respecto a esa persona. No sabía si seguir creyendo que era él, si realmente JaeJoong había terminado de esa forma. 




Ahora ya se sumaba una semana más desde lo ocurrido, completando así un mes entero. Nada se sabía sobre Hero desde entonces, mientras tanto, DongHae y él seguían cualquier pista que tuviesen para evitar un nuevo ataque de aquel que se había hecho tan popular entre el pueblo. Justa ese atardecer, ambos policías revisaban información sobre uno de los testigos que había estado en dos de los ataques y que parecía sospechoso, cuando un enorme estruendo de cristales se escuchó, seguido de una fuerte exclamación por parte del personal de policía. Los dos corrieron hasta llegar al lugar de escritorios comunes, viendo como había dos ventanales rotos y los funcionarios del cuartel creaban un semicírculo alrededor de los proyectiles. DongHae y YunHo se abrieron paso entre gente para mirar los objetos, encontrándose con dos antifaces rojos. 




- ¿Qué es esto?- preguntó YunHo al ver de qué se trataba.




- A atacado de nuevo- sentenció el moreno. Jung lo miró – Siempre nos avisa de esta manera, pero…- Lee frunció el seño y ladeó la cabeza, dando a entender que había algo que no encajaba




- ¿Pero…?- preguntó el castaño, incitándolo a que continuara.




- ¿Por qué dos? Siempre es uno – los ojos de YunHo volvieron a girarse hacia los proyectiles. Su mente trató de hilar algo. Tal vez JaeJoong lo estaba invitando a ser parte de esto, o tal vez lo antifaces representaban el número de policías que lo perseguían. Pero entonces…




- Lee hyung, ¡Mire ahí!- instantáneamente, ambos levantaron la cabeza hacia donde uno de los policías apuntaba. Frente a las oficinas donde se encontraban, podía verse la azotea del edificio que estaba al cruzar la avenida. De pie, a la orilla de ésta, podía divisarse perfectamente la figura de un hombre joven, alto, de cabellera azabache y mirada tentadora. El sol del atardecer le daba de lleno en la cara, sin embargo parecía no importarle al sujeto, que sonreía de medio lado, casi burlándose de quienes lo miraban impresionados.




A pesar de su lejanía, YunHo pudo apreciarlo claramente, provocándole un agujero hondo en su pecho, quitándole la respiración del asombro, y por sobre todo, prendido a los ojos de aquel que, estaba seguro, lo miraba fija y penetrantemente.




Sin esperar más, el chico giró un poco y dio dos impresionantes saltos con los que llegó al edificio de al lado, y así continuó hasta perderse de vista, sacando exclamaciones de asombro por parte de todos aquellos que lo vieron. 




Ni DongHae ni YunHo pudieron mover un dedo siquiera en ese instante. Aun cuando el joven había desaparecido de su campo de visión, seguían mirando la nada, con una cantidad de asombro que no les cabía en el rostro.




- ¡Señor! Esta vez es el banco central – uno de los funcionarios fue quien los sacó de su asombro. DongHae miró a YunHo seriamente e hizo un ademán con la cabeza para que lo siguiera. En menos de 10 minutos habían llegado junto con un grupo importante de policías al lugar de los hechos. Rodearon el edificio por completo y trataban de alejar a los curiosos que se acercaban para ver a Hero en persona. 




- Señor, todo el edificio ya esta rodeado. Tenemos gente en la azotea del banco y el los edificios contiguos – informó uno de sus hombres al encargado del caso.




- Muy bien. Estén alerta. YunHo, entremos – el nerviosismo de Jung se hacía cada vez más fuerte a medida que avanzaba. No quería creer que Hero fuera JaeJoong, pero algo le decía que así era. 




Al entrar, ambos policías se sorprendieron al ver que no había nadie. Ni rehenes, ni cajeros, ni guardias, ni delincuentes. Al menos eso creyeron




- Vaya. A si que querían jugar sucio, eh?- la voz del rubio retumbó en el lugar - ¿No creen que dos contra uno es algo injusto?- la voz parecía venía venir de todas partes y ninguno hallaba su origen, además, ya podían escuchar los gimoteos de algunos rehenes – Pero les tengo una sorpresa. Estamos empatados- YunHo fue el primero en encontrar a Hero. Esta sentado sobre un enorme reloj a muchos metros de altura. ¿Cómo había llegado hasta ahí? El chico que hace unos momentos habían visto sobre la azotea estaba de pie junto a él, su mirada nuevamente provocó algo extraño en el castaño. Ninguno de los dos dejaba de mirarse.




- Ahí estás… rata- dijo DongHae apenas lo vio. – Ahora tienes un amiguito con quien jugar- el rubio sonrió malicioso.




- También tú Dongie, ¿O me equivoco, Jung YunHo?- el aludido miró al rubio. Definitivamente era él. Esto era lo peor que le podría haber pasado.




- Baja de ahí. Ahora- le ordenó, pero el rubio ni siquiera se inmutó. Lo miraba fríamente, traspasándole su resentimiento por muchas cosas, por muchos años. – Boo, esto no está bien. Estás haciendo daño con esto. Baja de ahí ya- DongHae giró su cabeza hacía YunHo, con los ojos desorbitados.




- ¡Cállate! Tú no sabes… ¡¡No sabes nada!!- cargó su arma y apunto hacia el piso – Váyanse de aquí ahora, o los mato… ¡¡FUERA!!- los sollozos de los rehenes se hacían cada vez más audibles. Al parecer estaban tras un mesón que les bloqueaba la vista a los policías, pero que estaba al alcance directo del rubio. YunHo miró nuevamente a quien no le había sacado la vista de encima en todo ese tiempo. Sus ojos se encontraron nuevamente, tratando de hacerse preguntas, acusaciones. Finalmente, los funcionarios de la ley salieron del edificio.




- ¡Me ocultaste información!- le gritó el moreno a su compañero una vez afuera - ¡Tú lo conocías!- 




- No te oculte información. No estaba seguro si era él o no-




- ¿¡Eres idiota o qué!? ¿¡Crees que apresaría a alguien sin pruebas!? Si no era quien creías, ¡Que más daba que lo investigáramos!- tenía razón. Si lo hubiese dicho a tiempo, tal vez hubiesen podido evitar el ataque.




- Lo siento…- dijo luego de meditarlo




- Muy tarde para las disculpas- en ese momento, la puerta del banco se abrió, apareciendo Hero y su acompañante totalmente solos. DongHae frunció el seño al verlo salir, no tanto por quien fuera, si no por los aullidos de felicidad por parte de los curiosos que repletaron el lugar. - ¿Dónde están los rehenes?- le pregunto el policía al rubio con fuerza, para que su voz lo alcanzara.




- ¿Qué rehenes?- preguntó éste, sin poder disimular la risa burlona de sus labios - ¡Oh! ¿Te refieres a éstos?- JaeJoong metió la mano a su bolsillo, provocando que automáticamente toda la fuerza policial carga sus armas, esperando lo peor. Pero lo que sacó no fue mas que un artefacto algo arcaico de color negro. Apretó uno de sus botones, reproduciendo la grabación de gente sollozando en silencio. Todo había sido una trampa. 




El jefe de la operación ya no podía más de ira. Sacó rápidamente un megáfono desde una de las patrullas, para que no solo Hero, si no también todas las personas que miraban pudieran escucharle. 




- Hero, queda detenido por robo a mano armada, fraude…- lo chiflidos de la muchedumbre no se hicieron esperar. Ni dudar que Hero era un personaje muy popular y querido por las personas del pueblo, y quien no lo creyera, podía comprobarlo ahora - … y por resistirse en reiteradas ocasiones. Deshágase de su arma, pongo las manos detrás de la nuca y no haga ningún movimiento en falso. Si lo hace, no dudaré en abrir fuego- el silencio reinó entre los presentes. Todos contenían la respiración, esperando la reacción de Hero.




JaeJoong, por su parte, escuchó atentamente las instrucciones de DongHae, luego miró a YunHo y se dio cuenta que éste miraba fijamente al androide que tenía junto él; pensó que eran celos y eso lo hizo sentir especialmente bien. Guardó cuidadosamente la grabadora en su bolsillo y miro el suelo unos segundos. Luego, con la misma mano se rasco la cabeza.




- Bueno, ya me voy…- dijo, como si estuviera en una situación completamente normal.




- Hero, tu arma al suelo, ¡Ahora!- el rubio ni siquiera se molestó en mirarlo; mantenía la mano que tenía el arma estirada, puntando hacia el piso. Nuevamente hubo silencio. De pronto, JaeJoong se giró hacia el chico alto y levanto su arma. En el momento en que la mira del objeto alcanzó la altura de la cabeza de Lee, éste se desesperó 




- ¡¡FUEGO!!-




Al instante, todas las armas que apuntaban hacia la pareja, arremetieron contra ellos, sacando gritos despavoridos de los espectadores. Pero para la gran sorpresa de todos, ninguna bala los tocó. Ninguna los tocó, ni rozó, ni atravesó. Todas chocaban contra algo invisible a centímetros de ellos y luego daban a parar al suelo.




La balacera cesó, y con ello reino el silencio. Absolutamente nadie comprendía lo que pasaba. Todos estaban igual de asombrados por lo ocurrido. Nadie dijo nada. Nadie se atrevía a emitir un sonido. 




- Supongo que ahora sí me puedo ir- habló Hero luego de un rato – Se que ahora están algo asustados, pero ya se acostumbrarán- dicho esto, el androide lo tomó por la cintura, mirando por última vez al castaño – Nos vemos pronto- el alto nuevamente daba un salto inmenso, llegando hasta la azotea del edificio de enfrente, siguiendo así hasta perderse de vista. Una vez que los delincuentes desaparecieron de la vista de todos, un alarido de alegría se escuchaba entre la multitud, dejando una vez más un amargo sabor para todo el cuerpo de policía. 




Tomaron el testimonio de los guardias y unos cuantos ciudadanos que estaban en el banco en el momento en que Hero apareció. Obviamente, hablaban de él como si de un gran héroe se tratase, lo nombraban con respeto y algunos amenazaron a los policías para que no le hicieran daño. 




Terminada esa etapa, fueron directamente hacia el cuartel, tratando de seguir todas las pistas posibles, indagando y haciendo quinielas sobre quién podría ser ese acompañante del rubio. DongHae no lo pensó dos veces antes de encerrarse con YunHo en su oficina e interrogarlo hasta sacarle prácticamente toda su historia con el fugitivo. Cerca de la media noche, el jefe creyó que ya era suficiente de trabajo y que mañana comenzarían la búsqueda de todo lo relacionado con Kim JaeJoong y ese misterioso sujeto.




YunHo entró a su casa alrededor de las 2 de la madrugada. Las cortinas estaban abiertas y la luz de la luna se colaba a través de la ventana, por lo que no necesito prender las luces para andar por la casa. Tiro sus llaves con desgano a la mesa de centro del living y se sacó la chaqueta mientras camina al baño. Una vez dentro, se quitó el resto de la ropa para darse una buena ducha. Ese día había sido extremadamente largo y agotador, además, no podía quitarse a ese chico alto de la cabeza. No podía negar que había sentido un poco de celos al verlo junto a JaeJoong pero, había algo más fuerte que eso. Todo en él le había impresionado. Todo en el le había fascinado.




Salió del baño con los pantalones del piyama puesto, el torso descubierto y una toalla blanca con la que se refregaba la cabeza. Camino así hasta llegar a un lado de la cama y se tiró en ella, interponiendo la toalla entre su cabellera mojada y la almohada. Se quedó así unos minutos, mirando el techo, hasta que sus párpados comenzaron a sentirse pesados y lentamente los fue cerrando. El silencio le recordaba al que hubo en el momento en que el fuego cesó a la afueras del banco. Un silencio tan pasivo, en donde podía oírse lo que se escuchaba a decámetros de distancia. Estaba al borde de la conciencia; con un pie en el mundo de los sueños, mientras sentía que caía lentamente y todo giraba en el mundo, en ese lugar de donde no podía salir, pero a la vez tenía otro pie en la realidad, recordándole que estaba acostado sobre la cama, con el pelo húmedo y que podía enfermarse. Incluso pudo sentir, en un momento determinado, como una brisa fría pasó y trató de pensar si había olvidado cerrar alguna ventana en la mañana. 




Pero pronto sus pensamientos racionales se esfumaron por culpa del sueño. Y Joongie lo miraba de manera acusadora en sus sueños medio conciente. Abrió los ojos al momento de sentir como alguien se sentaba sobre sus caderas.




Y esa persona, lo miraba de forma penetrante de nuevo. No estaba soñando. Podía sentir sus pulmones clamando por aire. Podía sentir su miembro apresado entre los dos cuerpos




- ¿Quién eres? – preguntas tenía muchas, pero esa era la que más le interesaba saber. 




- Soy yo quien viene hacerte preguntas- por primera vez lo escucho hablar.




… ¿Dónde estaba el aire ahora? … 




- No responderé si tú no respondes- 




- No necesito que lo hagas- inclinó su cuerpo hacia el castaño y afirmó sus brazos de atleta a ambos lados de su cuerpo – Solo necesito que reacciones- y aunque no lo necesitaba, respondió a su pregunta al rozar sus labios – ChangMin…- susurró antes de apoderarse de la boca de YunHo

1 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, tienes abandonado el blog?...ya se que no es facil crear historias, pero como ha pasado tiempo desde que no actualizas... de todos modos dejame decirte que he leido todo lo que tienes aqui, pero lo que mas me ha gustado es seventh heaven, aunque estoy esperando con ansias por otro capitulo de androide 010, ojala actualices pronto, muchas gracias por compartir tus historias y buena suerte ☺

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